sábado, 1 de diciembre de 2012

Instituto de Psicoanálisis A. Garma



  Síntesis del discurso pronunciado por Adriana Sorrentini

 

El Instituto de Psicoanálisis es el lugar donde se forman los psicoanalistas que conformarán la futura membresía de APA. Incluye a todos los que participan en el proceso: analistas en formación y analistas en función didáctica, profesores, supervisores, CE, incluidos en una estructura, un encuadre institucional que delimita sus funciones.

“La transmisión requiere una organización como lugar de análisis permanente, lugar de ‘crítica’ analítica mutua de sus miembros, con vistas a una búsqueda de satisfacción en el propio trabajo y no en el reconocimiento de la propia persona” (Ferenczi,1910). Crecimiento y no narcisismo.

Desde el primer Instituto (Berlín 1921), se suceden criterios acerca de cómo transmitir el psicoanálisis, coincidiendo siempre en el análisis prolongado y el intercambio entre analistas como manera de sostener la formación permanente y luchar contra las resistencias inconscientes.

El análisis es deseo, convicción en el inconsciente (freudiano) y no imposición; nada se resuelve con reglamentos.

En 1926 F enuncia el trípode de formación: análisis personal, transmisión de la teoría y discusión de la clínica con un analista experimentado.

La formación es un proceso de análisis y elaboración llevado a cabo por un colega esforzado por su vocación, y es un proceso que ocurre en transferencia: con su analista, su supervisor, con la Institución, con los docentes y textos en el seminario, con Freud mediante su obra, con los colegas que comparten la formación. Una red de transferencias que lo sostiene en su devenir analista.

Dado las diferencias conceptuales acerca del cómo realizarlo, nos adscribimos al proyecto que sostiene Amy Socci en su candidatura a la presidencia de APA.

 Apelamos a la responsabilidad y el compromiso con la propia vocación, tanto de analistas formados como de los que desean devenir tales para transitar juntos el camino de la formación.

Tradición, innovación y creación componen la propuesta de nuestro Instituto, donde pensamos brindar las mejores condiciones, un encuadre institucional adecuado y la ética de los psicoanalistas acompañando la formación, sostenida en los pilares básicos del psicoanálisis y en transferencia, claramente diferente de cualquier saber académico.

Construiremos sobre la experiencia de gestiones anteriores, desarrollando aciertos y corrigiendo inconvenientes al analizar el malestar.

Tradición, innovación y creación sobre la piedra angular de la transferencia en toda la formación. El deseo de análisis es y será el motor y sostén de la convicción en el inconsciente freudiano.

La síntesis propuesta por Amy: “APA no tiene dueños, APA es de todos” es un concepto que se gesta desde la formación, cuya libertad de cátedra y curricular ofrece y convoca a los miembros de la Institución con vocación por la transmisión, a proponer los temas que les entusiasman y valoriza la responsabilidad del candidato en la libre elección de seminarios y docentes.

Nuestra identidad psicoanalítica será la fuerza y la convicción que nos permita crear, crecer, innovar sin traicionar.

El psicoanálisis no se enseña ‘per via di porre’ como el conocimiento académico, se transmite, transfiere, comunica, cede y traspasa vivencialmente, ‘per vía di levare’, derrotando resistencias mediante el análisis personal.

Reforzaremos espacios adecuados para trabajar, entre todos, los malestares en la formación, las dificultades y resistencias que se manifiestan como sometimiento masoquista y desánimo en los analistas y resultan en decepción y frustración en los colegas en formación, quienes buscarán otras salidas laborales más aceptadas y valoradas por el establishment.

Análisis, supervisión, función didáctica: el análisis debe quedar en la convicción y responsabilidad de cada analista didacta quien, analizando las propias resistencias lo hará con el aspirante que se le confía, por el cual ha sido elegido. El analista dirige la cura, somos responsables ante nosotros mismos y ante nuestro paciente. “La técnica no puede aprenderse todavía en los libros,(…) se la aprende con quienes ya la dominan” (Freud, 1910)

La Comisión de Enseñanza pondrá en discusión permanente la ética del analista, dado su lugar en la formación.

Si bien el análisis no estará garantizado por ninguna regla, y tampoco la frecuencia de las sesiones, todos sabemos que es mejor una “alta frecuencia”: “..el paciente jamás olvida lo que ha descubierto en la transferencia. Este descubrimiento tendrá mayor fuerza de convicción que cuanto haya podido adquirir por cualquier otro medio”. (F.1940) Este es el fundamento de la formación para que un candidato devenga psicoanalista, ya que “cuando vivencia de hecho los procesos postulados por el análisis en su propia persona -mejor dicho: en su propia alma- adquiere las convicciones que después lo guiarán como analista.” (F.1926).

También los seminarios son una manera privilegiada de transmisión para la formalización teórico-clínica.

F. Cesio decía que el seminario transcurre en un encuadre semejante al de la sesión analítica, donde la lectura de los artículos y su comentario son el contenido manifiesto, las ‘asociaciones libres’ que abren el camino a lo inconsciente. Es por eso que crean transferencias que hacen posible vencer resistencias y progresar en la internalización de la teoría que sostendrá la praxis clínica.

Propondremos la realización de un simposium anual acerca de la formación, abierto a todos los miembros de APA y el Instituto, como un espacio de intercambio y discusión de aportes para la formación.

El enlace con candidatos privilegiará el diálogo permanente con participación plena, con el fin de resolver dificultades y evitar malentendidos. Participarán de las reuniones de CE y mantendremos un estrecho contacto con la SC, departamentos y estamentos de APA para articular temas de interés conjunto.

Los ateneos clínicos son una práctica ineludible, presentando material clínico los adherentes, titulares y candidatos indistintamente. El supervisor debe estimular y favorecer también la presentación de informes de supervisión en ateneos clínicos, jerarquizando ese material.

La Comisión de Interior/Exterior extenderá su tarea hacia el interior del País, favoreciendo el intercambio y crecimiento de los diversos grupos, así como con el exterior con institutos de Fepal, con todas las posibilidades de encuentros clínicos, supervisiones cruzadas estimulando y fortaleciendo el intercambio.

Las pasantías, son otro punto de integración en el adentro y afuera del País. También podríamos formar grupos de precandidatos para su preparación e inserción futura a la formación.

Ambos favorecen transferencias en el Instituto y APA, como institución psicoanalítica fundante.

Universidad. A través de años de esfuerzo, APA se ha ocupado de establecer convenios con universidades, creando un sistema de créditos para nuestros candidatos que opten por una Maestría en psicoanálisis o Doctorado en psicología que, si bien no tienen que ver con la formación de psicoanalistas, son académicas, no requieren análisis, al parecer otorgan un título que permite alguna inserción laboral más allá del psicoanálisis. No es un tema de Instituto.

Nuestros pioneros llevaron el análisis y APA a la universidad para darlo a conocer y atrajeron a muchos jóvenes que, una vez terminada su carrera, ingresaron al Instituto para su formación como analistas. Deseamos recuperar esta corriente, que APA sea un atractor tan vigoroso como lo fue entonces.

Es posible establecer un sistema de equivalencias entre algunas materias cursadas en algunos de estos posgrados, a los profesionales que deseen entrar al Instituto A. Garma para su formación como analistas, revirtiendo el flujo y atrayéndolos hacia APA.

Lo importante es asegurar una formación de excelencia para dotar a nuestros candidatos con el mejor instrumento posible, para el trabajo y la vida.

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